Las lluvias intensas y el desborde del río Cuareim volvieron a poner en alerta al departamento de Artigas. El Comité Departamental de Emergencia (CECOED) activó su protocolo el pasado 27 de mayo, dando paso a un operativo coordinado entre diversas instituciones del Estado para asistir a las familias afectadas por las inundaciones.
En una conferencia de prensa realizada esta semana, el coordinador del CECOED, Adolfo Cuello, brindó detalles sobre la situación y las acciones emprendidas.
«Desde el Comité de Emergencia, junto a todas las instituciones que lo integran, agradecemos a los medios de comunicación por haberse hecho presentes. Antes de este contacto con ustedes realizamos una reunión evaluativa para analizar las medidas implementadas desde el 27 de mayo», comenzó Cuello.
Ese día, debido a las precipitaciones y al desborde del río Cuareim, se activaron los protocolos de emergencia. Las instituciones involucradas comenzaron a desempeñar sus funciones específicas, asignadas en el marco del plan de contingencia.
«Cada organismo tiene una responsabilidad asignada. Por ejemplo, el Ejército Nacional se encarga de los alojamientos de emergencia, como las carpas instaladas en la Plaza Catalá, mientras que la Jefatura de Policía se ocupa de la custodia y otras tareas operativas», explicó Cuello.
Además, otras instituciones como la Intendencia Departamental, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), y la Dirección Departamental de Salud, trabajaron de manera articulada para cubrir las distintas necesidades de las personas evacuadas.
El pico de la creciente se registró el 29 de mayo a las 18:00 horas, cuando el río Cuareim alcanzó los 10,17 metros. Ante esta situación, se evacuaron ocho familias. De ellas, cinco fueron alojadas en carpas del Ejército, dos en un club deportivo y una en una vivienda particular facilitada por allegados.
Durante los días de evacuación, se brindó asistencia sanitaria y alimentaria. La Dirección Departamental de Salud garantizó la atención médica, mientras que el MIDES y el Ejército se encargaron de la alimentación diaria. La Intendencia colaboró con traslados, maquinaria, personal y tareas logísticas. La Jefatura de Policía realizó notificaciones específicas y tareas de apoyo.
“En el caso de las familias con niños pequeños, el MIDES gestionó directamente su alojamiento en el club deportivo, asumiendo la responsabilidad de su bienestar”, precisó Cuello.
Con la mejora en las condiciones climáticas, el día anterior al informe, el CECOED dio inicio al operativo retorno. Para que las familias pudieran volver a sus hogares, fue necesaria una inspección de las viviendas por parte de la Dirección de Infraestructura de la Intendencia, seguida de una desinfección a cargo de la Dirección de Higiene.
“El operativo aún no ha finalizado. Las familias con niños pequeños continúan alojadas en los centros de emergencia”, añadió el jerarca.
La reunión evaluativa permitió al Comité analizar fortalezas y debilidades. “Queremos destacar el compromiso de todas las instituciones, pero también reconocemos que, como todo trabajo humano, hay errores y aspectos a mejorar. Sabemos que este tipo de eventos son cíclicos en nuestra realidad, y cada vez que ocurre una inundación buscamos aprender y ajustar lo que no se hizo bien”, concluyó Cuello.
Con el río en descenso pero la atención aún encendida, el CECOED sigue en alerta, preparándose para lo que, lamentablemente, ya es parte del calendario no oficial de Artigas: la lucha anual contra las inundaciones.