Lo que parecía un simple viaje interdepartamental terminó revelando una maniobra de contrabando con todos los ingredientes para una película: cigarrillos, calzado, ropa, un arma de fuego, municiones, dinero en efectivo… ¡y hasta un camión!
La historia comenzó con una investigación discreta pero persistente por parte de la Policía, que seguía los pasos de dos hombres que, según sospechas, usaban un ómnibus de transporte público para mover mercadería ilegal desde el sur del país hacia la ciudad de Artigas. Lo que llamaba la atención era el método: aprovechar el circuito regular de pasajeros para camuflar el contrabando. Nada de rutas escondidas ni vehículos sospechosos. Todo ocurría a la vista, en plena carretera nacional.
Tras montar un operativo y realizar las detenciones, las autoridades confirmaron las sospechas: los dos hombres transportaban una importante cantidad de productos de contrabando, entre ellos cigarrillos de procedencia extranjera, ropa, calzado y otros artículos. Pero eso no fue todo: en los allanamientos también se incautó un arma de fuego, varias municiones, un camión y una suma de dinero en efectivo. El valor total de la mercadería fue estimado por la Dirección Nacional de Aduanas en 2.270.000 pesos uruguayos.
Con las pruebas sobre la mesa, ambos detenidos fueron llevados ante la Fiscalía y luego al Juzgado. A.A.G.L., un joven de 21 años, fue condenado como autor de un delito de contrabando y deberá cumplir una pena de diez meses, aunque bajo un régimen de libertad a prueba, con medidas sustitutivas. Su compañero de ruta, W.A.G.M., de 51 años y con antecedentes penales, no corrió con la misma suerte: fue sentenciado a ocho meses de prisión de cumplimiento efectivo.
El caso deja al descubierto una modalidad delictiva que no es nueva, pero que sigue vigente: el uso de medios de transporte públicos para camuflar cargamentos ilegales. Las autoridades, por su parte, evalúan intensificar los controles en terminales y rutas, mientras continúan las investigaciones para determinar si los ahora condenados actuaban por cuenta propia o formaban parte de una red más amplia.
Por lo pronto, el viaje terminó mal. Y no fue por llegar tarde: fue por cargar demasiado… incluso con la ley.