FAMILIAS DESPLAZADAS RECLAMAN LAS CONDICIONES DE AYUDA

En medio de una madrugada lluviosa, Lucía Moreira fue trasladada junto a su pareja y sus dos hijos de 1 y 3 años a una carpa improvisada en Plaza Catalá. Lo que prometía ser un refugio seguro se convirtió rápidamente en otro problema. “Se llueve más que en mi casa”, afirma

“Lo poco que pudimos sacar de nuestra casa está todo mojado: ropa, camas… Mis hijos sólo tienen la ropa que llevan puesta”, cuenta con evidente angustia. La situación es especialmente preocupante porque ambos niños sufren de asma y el viento frío que atraviesa las carpas no hace más que empeorar su salud, indicó

Según Lucía, no hubo desayuno y el lugar carece de suministro eléctrico. “Nos trajeron sin luz, sin abrigo, y no tengo colchón, no tengo dónde dormir con el niño”, lamenta. Solo una representante del partido Cabildo Abierto se acercó, asegura

Entre el frío, la humedad y la incertidumbre, Lucía representa la voz de muchas familias que hoy sienten que el Estado les ha dado la espalda en un momento complicado

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