En un clima de creciente tensión y descontento, la comunidad del Imperio del Ayuí busca transparencia y legitimidad en la conducción de la histórica Escuela de Samba. Con más de 700 firmas recolectadas hasta el momento y la expectativa de superar las 2.000 adhesiones, los vecinos exigen que se convoque a elecciones a padrón abierto, poniendo fin a una gestión marcada por la falta de procesos democráticos.
Damián Píriz, referente de la Escuela Samba Imperio del Ayuí, encabezó el reclamo que ha llegado incluso a instancias legales y a organismos de comunicación. Durante una conferencia de prensa, Píriz desmintió categóricamente que la movilización tuviera intenciones de atacar a la Federación de Escuelas de Samba (FEDESA). “El objetivo de esta nota, respaldada por la comunidad, es evidenciar la crisis institucional dentro de la comisión directiva de Imperio del Ayuí”, afirmó.
Desde 2016 no se han llevado a cabo elecciones con padrón abierto en la institución, lo que ha generado un creciente malestar entre los vecinos. El último proceso electoral de este tipo ocurrió en 2016, cuando Roberto López resultó electo. Posteriormente, en 2017, asumía Moscardi, quien permaneció en el cargo hasta 2022, cuando renunció en medio de la crisis generada por la pandemia.
En ese contexto, y sin un padrón de socios actualizado, Moscardi delegó la dirección de la Escuela en Eliane Ignacio mediante una reunión donde participaron 13 personas. Según los denunciantes, este procedimiento careció de la legitimidad estatutaria necesaria, ya que Ignacio no convocó a una asamblea para validar su cargo ni para organizar nuevas elecciones.
Uno de los puntos más críticos del reclamo es la exclusión sistemática de la comunidad en la toma de decisiones y la gestión de la escuela. “Tenemos una sede que ha permanecido cerrada por años, sin acceso para los vecinos, ni siquiera para eventos solidarios”, denunció Píriz. Además, acusó a la actual presidenta de manejar de forma irregular la captación de fondos.
“Hay vecinos que quisieron pagar su cuota social y les pasaron una cuenta personal para depositar el dinero. Tenemos pruebas documentadas de esto”, agregó, mostrando evidencia sobre los pagos realizados directamente a la cuenta bancaria de Ignacio.
Otro punto de conflicto es el padrón de socios. Según Ignacio, sólo 70 personas estarían habilitadas para votar en una eventual elección, un número que los vecinos consideran irrisorio frente a la magnitud de la comunidad.
“Hoy el barrio entero exige participar, y se está desconociendo la voluntad de más de mil personas”, subrayó Píriz.
El reclamo ha tomado mayor fuerza en los últimos meses, y los vecinos esperan que se atienda su petición sin necesidad de judicializar el conflicto.
“Lo único que pedimos es que se realicen elecciones limpias, abiertas y transparentes, donde todos los interesados puedan postularse, incluida la actual presidenta si así lo desea”, explicó Karen García, otra de las impulsoras del pedido.
La falta de rendición de cuentas también es un factor clave. “No se presentó el balance de 2023 ni de 2024, a pesar de que el estatuto establece que esto debe hacerse antes de mayo, con un plazo de 60 días para regularizar la situación”, agregó García.
El deterioro institucional de la Escuela también ha impactado en el desempeño del Imperio del Ayuí en los últimos carnavales. Según los denunciantes, la organización de la escuela fue caótica y la comunidad tuvo que suplir las deficiencias de gestión. “Las fantasías llegaron un día antes del desfile, y fue el propio barrio el que se encargó de que la escuela pudiera salir a la avenida”, recordaron.
Para los vecinos, la Escuela de Samba Imperio del Ayuí es mucho más que un espacio de expresión artística; es parte de su identidad.
“Escuchamos relatos de personas que han nacido y crecido en la escuela y que hoy se ven impedidas de participar. La escuela se debe al barrio, y es hora de que se respete eso”, sentenciaron.
Con un movimiento cada vez más fortalecido, los vecinos confían en que su petición será escuchada.
“No queremos dividir a la comunidad, queremos sumar. La decisión no puede quedar en manos de un grupo reducido cuando hay miles de personas interesadas en participar”, concluyeron.