En una entrevista concedida a nuestro medio, Carol Fernández, convencional departamental del Partido Colorado reflexionó sobre un proceso judicial que culminó con la condena de un hombre que, durante años, se presentó falsamente como psicólogo y ofreció servicios sin habilitación, incluso en instituciones educativas. La dirigente, quien impulsó la denuncia, afirma que “se hizo justicia, aunque no la que yo esperaba a nivel partidario”.
“Hoy los pacientes que fueron estafados de diferentes maneras por este chiquilín sienten un alivio”, expresó. “Saben que hicieron lo correcto al denunciar y sienten que ese daño que se les hizo, al menos en parte, está siendo reparado”.
El origen del escándalo no fue menor: la persona condenada había sido electa como edil suplente por una lista del Partido Colorado. En su calidad de convencional, la dirigente comenzó una investigación interna al notar inconsistencias en los títulos y la actividad profesional del ahora condenado.
“Lo curioso fue que se autoproclamaba muchas cosas: psicólogo, profesor de Derecho, de Biología, de Dibujo, incluso decía haber sido bailarín del SODRE. A medida que hablaba con más gente, más versiones surgían. Decidí entonces verificar su formación, y tras consultar con colegas psicólogos, confirmé que no estaba habilitado para ejercer”, relató.
El caso tomó otro rumbo cuando comenzaron a aparecer pacientes que se sentían engañados. Con asesoramiento del abogado Mauricio Panizza, el convencional decidió llevar el asunto a Fiscalía. Antes, sin embargo, había intentado activar los mecanismos partidarios. “Primero informamos al Ejecutivo departamental del Partido, luego a la Comisión de Ética Nacional. Incluso ofrecí que algunos pacientes brindaran testimonio, pero nunca recibí respuesta. Hasta hoy sigo esperando que alguien me conteste”.
La denuncia fue posteriormente ampliada con la sentencia judicial, que además menciona antecedentes del condenado por simulación de una rapiña, aunque el denunciante aclara que no tiene detalles sobre ese hecho.
La situación generó tensión interna dentro del Partido Colorado artiguense. “No puedo hablar de una ruptura, pero sí quedaron cicatrices. Algunos correligionarios apoyaron mi accionar, otros me cuestionaron más por el lugar donde hice la denuncia que por el fondo del asunto. Eso me mostró quiénes están realmente comprometidos con la ética y quiénes no”, lamentó.
Tampoco recibió apoyo ni contacto por parte del líder de su sector, el doctor Daniel Argañaraz, bajo cuya lista fue electo edil suplente el implicado. “De él no tuve ni un mensaje, salvo algunos comentarios en redes sociales. Me pareció poco serio y desubicado”.
El ahora condenado incluso había brindado charlas en instituciones educativas del departamento. “En sus redes sociales agradecía a centros educativos donde ofrecía talleres de orientación vocacional, algo propio del campo de la psicología. Usó ese disfraz para ganar legitimidad”.
Fernández finalizó con una reflexión: “No se hizo la justicia que yo esperaba dentro del Partido Colorado, porque no se tomó una postura clara ni se acompañó a las víctimas. Pero la justicia letrada sí funcionó, y eso al menos permite cerrar un ciclo de dolor para muchas personas”.