El fin de semana del 4 y 5 de octubre, el autódromo Eduardo Prudencio Cabrera de la ciudad de Rivera fue escenario del Gran Premio 85° Aniversario de AUVO (Asociación Uruguaya de Volantes).
Más de 60 pilotos participaron en las cuatro categorías en competencia, y el departamento de Artigas tuvo una destacada representación de la mano del piloto Benito Braseiro, quien fue una de las revelaciones de la jornada.
Braseiro, que se presentó con un gran rendimiento en pista, obtuvo excelentes resultados en ambas jornadas. “Corrimos en Rivera el fin de semana y gracias a Dios se nos pudo dar bien las dos carreras, tanto el sábado como el domingo. El domingo tuvimos un problemita con la batería, pero sacando eso fue un fin de semana soñado”, comentó el piloto artiguense, visiblemente satisfecho con su desempeño.
Con varios años de experiencia en el ambiente automovilístico, Braseiro relató que su vínculo con los autos comenzó mucho antes de subirse al volante. “Hace años que estoy en esto, pero siempre del lado del mecánico. Preparaba autos para tierra, aunque siempre tuve la idea de que algún día, cuando se diera la oportunidad, iba a correr yo mismo”, contó.
Esa oportunidad finalmente llegó: “Compré un auto y lo fui armando de a poco, durante cuatro o cinco años. Empecé corriendo en algunas competencias regionales, después en el SAC (Salto Automóvil Club), donde participé en tres o cuatro carreras, y cuando terminó esa etapa decidí pasar al AUVO. Esta fue apenas mi segunda carrera, pero gracias a Dios nos fue muy bien”.
La participación de Braseiro no pasó desapercibida entre los comentaristas ni el público. “Supuestamente fuimos referentes el fin de semana, porque ellos ya conocen los autos que suelen andar adelante, y esta vez nos metimos entre ellos”, explicó.
Su actuación fue celebrada por la afición artiguense, que vio en él a un nuevo exponente del automovilismo departamental.
El piloto también destacó la importancia del trabajo en equipo y del apoyo recibido por parte de sus allegados. “Tengo compañeros del taller que me ayudan muchísimo, la barra siempre me acompaña. Además, cuento con algunos patrocinadores que me dan una mano, lo que siempre sirve. Este es un deporte caro, que requiere mucha dedicación y recursos, así que vamos corriendo cuando podemos”, señaló.
Finalmente, Braseiro agradeció especialmente a su familia, que lo acompaña en cada desafío. “Mi hermano, mi padre, mi madre, mi mujer y todos los muchachos del taller son los que me apoyan. Eso es lo que te da gusto y te motiva a seguir adelante. Tengo una barra impresionante detrás de todo esto”, expresó.