El cierre del aeropuerto de Artigas decretado por la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (DINACIA) generó un fuerte malestar en la comunidad aeronáutica local. Nelson Sousa, integrante del Aeroclub de Artigas, denunció públicamente lo que consideró una consecuencia directa de “años de mala administración” del organismo estatal encargado de regular la aviación civil en el país.
“Esto es el corolario de años de trancas y complicaciones en la administración de la aviación civil. Ya lo intentaron con el aeropuerto de Punta del Este, que se salvó gracias a la intervención de la Federación Uruguaya y la Intendencia de Maldonado. Ahora, el aeropuerto de Artigas fue directamente cerrado”, lamentó Sousa en declaraciones a la prensa.
Desde este miércoles, el aeropuerto de Artigas no está habilitado para ningún tipo de vuelo civil nacional. “No puede operar ningún avión de la aviación general uruguaya. Empresarios, rematadores, inversores extranjeros como los chinos que venían a comprar piedras preciosas, ya no pueden llegar en avión”, explicó Sousa.
Según el vocero del Aeroclub, el impacto es inmediato y severo: “La gente que antes venía en una hora y media desde Montevideo, ahora deberá hacerlo por tierra en viajes de hasta diez horas. Y cabe preguntarse: ¿seguirán viniendo? ¿O llevarán su capital a otras ciudades?”.
Además, el cierre afecta a las empresas de aeroaplicación, fundamentales para el sector agrícola. “Hay firmas que invirtieron miles de dólares en aeronaves y motores para fumigar cultivos de arroz y otros productos. Ahora, ni siquiera pueden despegar”, denunció.
Sousa aclaró que el aeropuerto permanecerá habilitado únicamente para vuelos militares, policiales y de emergencia médica. “Eso significa que si viene un helicóptero de la policía desde Montevideo o un avión de la Fuerza Aérea, puede aterrizar sin necesidad de avisar. Pero para el resto, está completamente cerrado”.
Incluso los miembros del Aeroclub, como Sousa, quedan imposibilitados de utilizar sus propias aeronaves. “Tengo mi avión en el hangar. Si presento un plan de vuelo, me lo niegan. Si intento despegar, me arriesgo a ir preso. Literalmente nos lacraron la puerta del aeropuerto”, afirmó con indignación.
Una de las razones esgrimidas por DINACIA para el cierre es el mal estado de la pista. “Hace años que se intenta recaparla, pero siempre se alega falta de presupuesto. Lo curioso es que DINACIA recauda cerca de 50 millones de dólares anuales por servicios de sobrevuelo, control aéreo y venta de combustible. Sin embargo, apenas un millón se reinvierte en la aviación civil”, cuestionó Sousa.
El dinero, asegura, va a Rentas Generales, y la aviación queda relegada. “Es increíble que un servicio que genera tanto, no reciba los fondos necesarios para seguir funcionando”.
Consultado sobre si existe alguna alternativa para despegar desde zonas no oficiales, Sousa respondió que si bien existen caminos con condiciones técnicas para operar, no están habilitados reglamentariamente. “Estamos encerrados. No hay forma legal de sacar una avioneta. Nos sentimos presos”, insistió.
Ante esta situación, la Federación Uruguaya de Aeroclubes (FUDA) ya inició gestiones. “Hoy mismo se enviará una carta a la ministra de Defensa, Carolina Lazo. También nos comunicamos con el intendente y los dos diputados nacionales por Artigas. Ambos nos dieron acuse de recibo y están dispuestos a reunirse”, detalló Sousa.
El Aeroclub de Artigas espera coordinar acciones concretas en los próximos días. “Vamos a hablar con Emiliano Soravilla cuando regrese al departamento. Queremos explorar todas las vías posibles para revertir esta situación, que consideramos injusta y perjudicial para el desarrollo del norte del país”, concluyó.