Sofía Ayala, hija del reconocido dirigente Mario Ayala, decidió dar sus primeros pasos en la política motivada por una vivencia personal profundamente transformadora: fue víctima de violencia doméstica. Su historia personal se convirtió en motor de lucha por otras mujeres que, como ella, enfrentan situaciones de abuso, soledad y falta de apoyo institucional.
“Vengo de una familia política, pero no fue eso lo que me impulsó a involucrarme directamente”, relata.
“Mi decisión llegó después de vivir una relación marcada por la violencia. Estuve casada con una persona adicta a la cocaína, y aunque hoy mantenemos una relación cordial por nuestros hijos, pasé por momentos muy difíciles que me hicieron abrir los ojos”.
Ayala cuenta que, a pesar de pertenecer a una familia con posibilidades económicas y con acceso a tratamientos, salir de esa situación no fue sencillo. “Entonces pensé: si a mí me costó tanto, ¿cómo hacen las mujeres que no tienen ningún tipo de respaldo?”.
A partir de esa reflexión, comenzó a trabajar en una propuesta clara: la creación de un centro de apoyo para mujeres víctimas de violencia doméstica y para familiares de personas con adicciones. “Muchas mujeres no se van del hogar porque no tienen a dónde ir, no tienen trabajo ni creen que puedan valerse por sí mismas. Han sido anuladas emocionalmente durante años”, denuncia.
Sofía insiste en que es necesario implementar hogares transitorios y programas de reinserción laboral. “Muchas víctimas son mujeres que pasaron años en sus casas, criando hijos, y creen que no saben hacer nada. Pero no es así: lo que falta es apoyo, contención, una red que las rescate”.
En su propuesta también hay un componente dirigido a las familias de personas con adicciones, una dimensión del problema que, según ella, pocas veces se aborda con seriedad. “Siempre hablamos del adicto como enfermo, pero ¿quién ayuda a la familia a convivir con esa enfermedad? No sirve de nada internar a alguien nueve meses si vuelve al mismo entorno. Hay que dar herramientas a quienes lo rodean”.
Desde su experiencia, Ayala vincula estas realidades con problemáticas más amplias. “Cuando vemos adolescentes vandalizando o consumiendo drogas, siempre nos preguntamos dónde está la familia. Pero muchas veces esas familias también han sido víctimas de violencia, pobreza y abandono. Es una cadena”.
Su diagnóstico es claro: no faltan recursos, falta voluntad. “El dinero está. Lo que no hay es decisión política para atacar de frente estos problemas que nos atraviesan todos los días, en todos los barrios”.
Ayala, candidata a Edil por el Partido Nacional, reconoce que su banca no le permitiría ejecutar políticas directamente, pero no piensa quedarse callada.
“Sea quien sea el próximo intendente, le voy a tirar de la oreja. Esto no puede seguir igual. No podemos seguir esperando a que haya un femicidio para que se hable del tema”.
Señala, además, que la violencia doméstica y la situación de las mujeres no están lo suficientemente contempladas en los programas de los partidos tradicionales. “Se suele asociar esta lucha con el feminismo de izquierda, pero no es así. Hay muchas feministas dentro de los partidos tradicionales que también exigimos igualdad de derechos y protección para las mujeres”.
Como mensaje final, Ayala invita a votar por la lista 1140 y expresa su confianza en que Mateo Ayala será “un gran intendente”, comprometido con estas causas.